Llamativa por mezclar una belleza discreta y dulce...
... con una mirada y un comportamiento propios del más rudo soldado.
¿No es digno de admiración el lograr parecer atractiva mientras empuñas un arma y chasqueas la lengua, o al mismo tiempo que muestras tus varoniles músculos ejercitados con el más riguroso entrenamiento?
Sí, ¿verdad?
Pero no todo huele a jazmín, sabe a exquisita fresa y suena como Beethoven. Michelle Rodríguez ha caído en las caóticas consecuencias que tiene ser un individuo famoso, aunque sea un famoso de segunda fila.
El alcohol tiene la posibilidad de llegar a todas y cada una de las personas que dejen la puerta de atrás sin pestillo y entreabierta.
Aunque las grandes superestrellas lo piensen, nadie es intocable.
(Y esta fiel servidora sigue sirviendo fielmente a esta magnífica actriz...)